During a
Saturday afternoon dinner at the author’s home and while sitting around talking
with several guests, and the subject being giants, Manuel Valera, a friend,
told the author of his mother’s experience, back in the late 1920s…and thus,
came the “Ode, to the Gentile Giant of Trujillo.”
English Version
Ode, to:
The Gentile Giant of Trujillo
Into our sight
Uno-Grande, the big one came
Over eight
foot tall, three-hundred pounds or more,
Hungry as a
greedy hawk, a pale hound!
He came this
day—
I first saw him at eight years old
He was old,
not strong shouldered anymore
It looked at
one time he might have been,
Joyfully
laboring to steal our charqui—
Salted and
dried, being prepared for winter storage!
Hooked onto
our clothesline outside:
“Never fear,”
papa said, “we shall wait for him
Catch him,
like a bear stealing honey,
We’ll catch
him,” papa looked dark and fierce.
Back then,
about 1928, we lived outside Trujillo —
Nearby, was
the wooded countryside…
Where Uno-Grande
ran blithely to, with our charqui!
His great
blue eyes were brimmed
With wild
beauty, and calmness, he was harmless!
Tumbled like
a clown, when he ran (escaped)
But higher
than our house he looked…
It was here
papa and the neighbors caught him
He had chosen
our loft to steal from
Hungry as a
greedy hawk, a pale hound!
Old and
harmless as a field mouse!…
There he
stood, like a ship on a reef
There was
nothing to do, the old giant had lost
Most of his
strength, age makes a man weak;
There was no
violence in him…
He was in
fact drowning with exhausted flesh
His laboring
days had long past!
I don’t know
how he met death, perhaps I
Dreamed it,
that he died happy and well…
But Papa and
Ma, and the neighbors too
They all left
out food for him to eat, from that day on!
So, surely he
ate well; hunched and full of
Happy fury:
off and on, he’d leave a deer, or corn
Even a few
times—some chickens, at our door!
A nice
gesture, among friends.
No: 3340 (5-5-2012)
Inspired by
Manuel Valera, who during a Saturday afternoon dinner at the author’s home,
while sitting around talking with several guests, and the subject being giants,
he told the author of his mother’s experience, back in the late 1920s…and thus,
came the “Ode, to the Gentile Giant of Trujillo.”
Spanish Version
Oda al:
Gentil Gigante de Trujillo
En nuestra
vista ‘Uno-Grande’, el gigante, apareció,
Más de dos metros de altura, ciento cuarenta kilos o
más,
Hambriento como un halcón glotón, un galgo pálido.
Él vino este día—
La primera vez
lo vi a los ocho años de edad
Él era viejo, ya no un robusto fuerte
Parecía que en un tiempo pudo haberlo sido
Afanado alegremente para robarse nuestra cecina
—Carne salada y seca preparada para guardarla en
invierno—.
Colgada afuera en nuestro cordel de ropas.
“Nunca temas” papá dijo, “esperaremos por él
Lo cogeremos, como a un oso robando miel,
Nosotros lo atraparemos”, papá parecía sombrío y
feroz.
En ese entonces, alrededor de 1928, vivíamos en las
afueras de Trujillo,
Cerca, estaban los campos fértiles…
¡Donde Uno-Grande, el gigante, se escondía con nuestra
cecina!
¡Sus grandes ojos azules estaban bordeados
Con belleza salvaje, y sosiego, él era inofensivo!
Se tambaleaba como un payaso, cuando corría (escapaba)
Pero él parecía más alto que nuestra casa…
Fue acá donde papá y los vecinos lo cogieron
Él había escogido nuestra carne para robarse
¡Hambriento como un halcón glotón, un galgo pálido
Viejo e inofensivo como un ratón silvestre!...
Allí él estuvo, como un barco en un arrecife
No había nada que hacer, el viejo gigante había
perdido
Casi todas sus fuerzas, la vejez hace a un hombre
débil;
No había violencia en él…
Él en realidad estaba ahogándose con carne exhausta
¡Sus días laboriosos habían pasado hace tiempo!
No sé cómo encontró él la muerte, yo sueño que talvez
Él murió feliz y bien…
Pero desde ese día en adelante
Papá y mamá, y los vecinos también
Todos ellos dejaban afuera comida para él,
Por eso, de seguro que él comía bien; encorvado y
lleno
De una furia de alegría: de vez en cuando él dejaba un
venado, o choclos
¡Incluso unas cuantas veces—algunas gallinas, en
nuestra puerta!
Un gesto muy bonito, entre amigos.
Nro: 3340 (5-Mayo-2012) Inspirado por Manuel
Valera, quien durante un almuerzo en la casa del autor, un día sábado por la
tarde mientras estaban sentados hablando con varios invitados sobre los
gigantes, él le contó la experiencia de su mamá, allá en los años 1920s. Y así
nació la “Oda al Gentil Gigante de Trujillo”